Por olvidar el
timbre de tu pecho
Y la voz de tus
pezones
El cordón de tu
mejilla
Y la comisura en
la esquina.
Después al rato
No recordé los
pozos de tu piel
Los labios color
miel
Los ojos
salivados.
No pude
arrancarte,
Solo te dejaste
caer
Olvide las
palabras de los oídos
la cera de tu
boca
La nariz
ventilada
Y el cuarto sin
respiro.
Hasta olvide las
últimas mentiras acariciadas
En las yemas de
tus palabras,
Rebobine las
tardes
Ya no pude
remendarte en mis sueños
Hasta perder las
pieles en la primer mañana.
Ahí quede,
buscándote en mis rincones que ya no encuentro
benjamin
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