22/8/13

AMOR Y REVOLUCION

pensaba en dos sobre la cama. los rostros, y las identidades que revisten, encimados, tímidamente sin otra unión que la de las miradas irregulares. ojos que se abren, se topan, para cerrarse sosegados y examinar en la oscuridad pretendida, el significado de ese encuentro indescifrable. y pienso en la tormenta que se desata en mi pecho, el anhelo de entregarme a la misma, a esa furia humedad intranquila. me ensordece. nos sentimos eternos, aunque no la conozca, ni la pretenda, recuerde, o disimule. pocos los puntos de unión con el otro, que me susciten tal sentimiento. uno sentimiento maduro, buscado y decidido, no una sensación, estado vulgar que arropa el carácter de la cobardes. quizás junto a las palabras que comulgan en ideas para trazar una melodía perfectamente armonizada (y hablo de esa construcción cadenciosa que nace de la conversación, fundiendo en una misma estructura dos sistemas de abordaje de la realidad), la mirada cercana intermitente y elegida, sea la convulsión mas sugestiva. basta con ser eternos para que otros nos olvides, porque la eternidad es la sustancia que amalgama el deseo y la creatividad, en un único conjunto que compartimos entre quienes nos elegimos. y la soledad respecto al conjunto, es compañía entre quienes convergen a través del deseo y la consciencia, la soledad que nace de a dos, de a varios, es el contorno mas profundo, en el que sus participantes pueden acompañarse. una fracción elegida, sostenida y defendida, que reposa en la sustancia universal del encuentro que describo: el de la mirada, el de las palabras y las ideas. sustancia que define lo eterno, como algo sin principio, sin fin, no en términos naturales, sino antropológicos. a diferencia del universo, en este encuentro intervienen la voluntad y el sujeto. es un no-momento al que accedemos por decisión, pero también, y sobre todo, por necesidad (lo que define su carácter universidad), tal como lo entiende Agnes Heller. necesidades "avanzadas" ya que son subjetivas, por tanto no naturales, pero objetivas por que parten de la carne. carne-humana, objetivo-subjetivo. la distinción que se hace entre algo inseparable, es el crimen histórico, de quienes defienden las jerarquías.
El divorcio que se produjo en el abordaje de la lucha de cases dentro de la clase obrera, a raíz de una sucesión de derrotas, separando en campos distintos (el de las ideas, y el de la practica), un campo único dio como fruto una clase obrera desorientada, y un grupo heterogéneo de profetas instruidos en el campo del regocijo orgasmico individual: los intelectuales profesionales. y no se trata de unir esos campos. no queremos narcisistas que nos "dirijan". el desafió es volver a la concepción del unidad inseparable, con aspectos variables subordinados al conjunto. un abordaje consciente tal, permitiría entender la centralidad de las necesidades "avanzadas", como motor principal para finiquitar la explotación, por tanto la alienación de la humanidad toda. naturalmente, es un motor que engrana dentro de un sector decididamente separado de las "expectativas pautadas" de la ideología burguesa. vanguardia que debe extender las barreras de su soledad, de la eternidad genérica y la tormenta armoniosa, al conjunto de las explotados. aquí, como arriba, la soledad es el contorno que compartimos entre quienes nos elegimos. la mejor compañía que nos separa de la burguesía, vinculándonos en la promesa de una eternidad humana que no sangre. la eternidad es un torbellino no confuso. una armonía trepidante. a eso, yo lo llamo amor fraterno. es la consideración de lo humano, como algo sin principio ni fin, por tanto, la muerte definitiva de la mercantilizacion de los vínculos del uso y el deshecho de los que nos rodean. es el gobierno de la profundidad, que convierte las miradas y palabras, en estructuras universales que retumban en el pecho de todo hombre, de toda mujer. la búsqueda-y el encuentro- de esa eternidad que en el sistema actual se nos presenta como momentos, guarda en si, la esperanza realista de un futuro hermoso.

Leni Rodríguez

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